S. Francisco de Asís

y los órdenes mendigantes

 

Una de las experiencias espirituales fundamentales no sólo para la edad media, pero para la historia en general fue aquella franciscana. S. Francisco de Asís, patrón de Italia, es considerado por muchos el más grande santo de la historia de la Iglesia, aunque si es difícil hacer comparaciones. En todo caso este hombre, que vivió en lo pleno de la edad media(1181 - 1228), de joven y rico comerciante, se hizo pobre, abrazando la cruz de Cristo, y queriendo parecerle en todo, sobre todo en la pobreza, en la obediencia, en la humildad. Él es el primero santo estigmatizado que se conoce, y su experiencia sacudió tanto la Europa occidental, de influenciar de manera decisiva el desarollo de
la civilización municipal, de las Universidades, del arte, con el nacimiento y el desarrollo inesperado de las órdenes mendigantes (franciscanos y dominicos). El desarrollo crucial espiritual de S. Francesco se coloca, de acuerdo a mi opinión, en el compartimiento de la pobreza con los pobres de las ciudades nacientes, en la humildad de acercar todas las nuevas categorías sociales y económicas de la  burguesía por amor de Cristo, en una palabra en la humanización de la espiritualidad cristiana, vista cómo participación a la Cruz de Cristo, a sus sufrimientos. No al azar el primer grande ciclo de la pintura occidental moderna, los frescos de la Basílica Superior de Asís, son
inspirados en su vida, y la obra de Giotto constituye el desarollo del cuál no se podrá volver más atrás. La vida de S. Francesco por lo tanto, contada de modo admirable en los célebres "Floretes", constituye una luz de espiritualidad tan rica en implicaciones sociales, culturales y religiosas, que no se puede resumir en una simple página Web.

Mas importante, aunque para nosotros menos vecina, es también la intuición de S. Domenico de Guzman, un sacerdote español que en los mismos años, atravesando el Sur de Francia, en el medio de la herejía albigese y catara, se da cuenta que el clero necesita de conversión, de volver a instruirse y darle razón a todos de la fe, no con anatemas pero con el estudio, la oración, la pobreza. Así él fundó sobre estas bases el orden de los frailes predicadores, con el intento de sumergir el clero en el contacto cotidiano con el pueblo y con su instrucción para la predicación (1215). La experiencia espiritual de S. Domenico tendrá sobre todo una influencia determinante sobre la clase de los intelectuales, pertenecientes a familias nobles, y constituirá el avellano de
la teología escolar, y del gran desarrollo intelectual que da efecto en el centro de la Sorbona, en la Facultad teológica parisina, sobre todo por mérito del dominicano S. Tommaso de Aquino.

                  

   Trionfo di S. Tommaso d'Aquino                                                       S. Francesco d'Assisi

 

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