Senigallia, la mia città, in una carta del '500
Edad Media: lejanía o
vecindad?
Reflexionando muchas veces sobre la
historia medieval, he hallado aspectos de las instituciones, de las
invenciones, de la filosofía, y de la espiritualidad
que pueden ser útiles también a nuestro espíritu. La edad Media fue en efecto
una época de fuertes pasiones, de encuentros y choques entre historias,
culturas y religiones diferentes. Encuentro y choque entre el mundo latino y
aquel germánico, entre aquel europeo cristiano y aquel árabe - turco islámico,
entre sociedad nomada y sociedad sedentaria. Los medievales por lo tanto
experimentaron formas políticas, económicas e intelectuales para efectuar una
nueva síntesis, nacida por la división del Mar Mediterráneo entre norte
cristiano y sur musulmano, entre occidente latino y oriente griego eslavo,
entre poblaciones norteñas y poblaciones mediterráneas, divisioni y
tensiones
que todavía existen hoy. También a nivel espiritual, la expansión del
monacato
benedictino y el nacimiento de los órdenes mendicantes, franciscanos y
domenicanos, dejan huellas todavía evidentes en él desarrollo de monasterios y
catedrales, del románico y del gótico, mientras centenares de peregrinos se
movieron entre el Occidente y el Oriente, por tierra y por mar, determinando
el nacimiento de calles de comunicación e instituciones de hospitalidad y
cura. Los intelectuales medievales se enfrentaron, sobre la estela de las
diferencias religiosas entre latinos y griegos, cristianos e islámicos, en un
grandioso desarrollo intelectual que desembocó en el nacimiento de las
universidades. Último, pero no menos importante el desarrollo de los castillos
rurales y los comúnes ciudadanos, invención típica de la Italia medieval. Por
tanto se dice hoy que la edad media fue sobre todo una época de grandes
experimentaciones. Quizás sea por ésto que la Edad Media no esté en fin tan
lejos de nosotros. También nosotros en efecto estamos experimentando nuevas técnicas,
nuevos modos de vivir y de comunicar, un nuevo pluralismo de pueblos, razas,
religiones. Por tanto nos preguntamos: tenemos puntos de
referencia morales, sociales y espirituales como para poder afrontar los
desafíos del tercero milenio?