San Benedicto y las
ondas monasticas de la Edad Media
Si ha existido en la Edad Media
una idea que haya para siempre unido la Europa
occidental, esa se podría expresar con la famosa regla de San Benedicto:
"Ora et labora". No por casualidad es San Benedicto el patrón de la
Europa occidental. Su idea salida de un perdido pueblo de los montes Sibillinos,
Norcia, cambió para siempre el rostro de Europa y contribuyó al resurgimiento
de la idea de una Europa espiritualmente unida en la nueva edad cristiana. Por
eso el monacato benedictino es uno de los factores decisivos para el pasaje de
la edad antigua a la edad medieval, aun más es el punto de fuerza de otro gran
sueño, el Sagrado Imperio Romano. Esta regla conserva aun su fascinación y los
monasterios son aun polos de atracción para la fé, para la cultura e para un
momento de distanciamento del estrés cotidiano. El cristiano laico, que ora y
trabaja todos los dias retoma, también sin la túnica del monje, aquella
antigua idea benedictina de la obligación cotidiana, para transformar la ciudad
del mundo en la ciudad de Dios, simbolizada en el monasterio.
La vida de los monasterios estaba
regulada en cuatro puntos: oración común, lectura y copia de la Biblia y de
los clásicos latinos, acogida de los peregrinos, trabajo agricola. El
monasterio debía así responder a la mayor cantidad posible de exigencias de
una economía de casi autosuficiencia. El amor por las letras y el deseo de Dios
son las bisagras de la experiencia monastica, que nos ha trasmitido por medio de
cientos de codigos amanuenses el amor por la literatura y por la musica, que aun
suena en nuestros cd-rom modernos. Y esto, considerad el tiempo en que vivió
San Benedicto (m. 21 de marzo del 547)parece realmente un milagro. La "Regla"
transmitida por San
Gregorio Magno papa, se convierte en la base para todas las instituciones
monasticas sucesivas que se repiten de aquella.
S. Benedicto