La espiritualidad del oriente europeo en la edad media

Segunda parte

 

 

 

El monasterio de Monte Athos, fundado en aquellos años lejanos, es todavía hoy el centro de la  espiritualidad ortodoxa. El monje Antonio fue su fundador. De este lugar solitario sobre la península Calcidica partió una luz que todavía ilumina hoy todo el oriente griego - eslavo ortodoxo. Los monjes aplican la regla de S. Teodoro Studita, conduciendo una vida semieremitica, estando solos por mucho tiempo del día, y sólo encontrándose para la  oración común. Esta forma de espiritualidad viene llamada en griego laura. He aquí porqué el monasterio de Monte Athos también es llamado" Gran Laura" .  En el curso de los siglos medievales los eslavos convertidos a la ortodoxia también fundaron en éste monte los correspondientes monasterios :bulgari, serbios y rusos. En efecto el  Santo Monte  fue el punto de salida por la evangelización de los pueblos eslavos. Por eso se acordó con la política imperial, tendiendo al reconocimiento del emperador como a jefe supremo del ecumene ortodoxo. En los años 864, por lo tanto, S. Cirillo y S. Metodio, dos hermanos, eminentes monjes originarios de Salonicco, partieron para la misión en Moravia. Para poder transmitirles a los eslavos la religión cristiana ortodoxa y el derecho bizantino, Cirillo inventó un alfabeto (glagolitico) que conformó al griego con la lengua eslava. Los discípulos de Cirillo y Metodio lo simplificaron, dando vida, después de algunas décadas, a la escritura cirílica en honor del santo, y a las primeras obras literarias en una lengua parecida para toda la área eslava, dicha "eslavo clerical antigua." La espiritualidad del oriente europeo fue influenciado de manera decisiva por la obra de estos dos grandes santos. Fe cristiana ortodoxa y reconocimiento implícito de la supremacía del emperador fueron las bases para el desarrollo de gran parte de los países del oriente europeo. En estos países la selecta religiosa y aquella política de unirse al Sagrado Imperio Romano o al imperio Bizantino hecha en el período medieval todavía explica hoy las diferencias culturales, políticas y religiosas, con consecuencias evidentes también en las actuales tensiones presentes en el oriente europeo. En particular se unieron al occidente germánico y católico Polonia, Hungría, los checos y los eslovacos, Croacia, los estonios y los lituanos. Se  nieron  en cambio al emperador bizantino y a la iglesia griego ortodoxa Bulgaria, Servia, Rusia. En estos países todavía hoy se escribe en cirílico moderno y se siguen los rituales litúrgicos de la tradición bizantina.

 

 

 

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